Ayer me nombraron en clase El secreto de sus ojos. ¿Por sus diálogos? ¿Por su historia? ¿por esas escenas preciosas en una estación de tren? ¿por el plano secuencia en el estadio? No...simplemente una chica la dijo porque era la última película que había visto y el profesor, Isamel Serrano hinchado, nos explicaba cómo se debía escribir y citar correctamente el título de una película.
Dejé de escuchar y empecé a recordar escenas de la película y cuando la ví en el cine, me habían dicho...te gustará. En mi abstracción de clase recordé una escena en concreto, el personaje de Sandoval hablando de las pasiones.
Una pasión no se busca, simplemente te encuentra ella a ti. Y una vez que te encuentra, no te puedes librar de ella, ni cambiarla, ni pararla, las pasiones te cogen fuerte y no te sueltan. Una pasión también sabe de antemano las películas que te van a gustar...aunque recurran a la frase mágica.
Pensaba que había tenido muchos pasiones a lo largo de mi vida, viendo esta película me di cuenta de que no eran tantas...se habían ido perdiendo en el camino. Mi verdadera pasión había nacido hace tiempo, pero todavía era muy pequeña. Esa pasión ahora tiene el pelo muy suave y me habla con los ojos, me susurra al oído con su voz almendrada y yo, alzando mi copa de vino blanco, brindo por las pasiones (y por los escalofríos) y porque si no tenéis aún, os encuentren pronto...
Dejé de escuchar y empecé a recordar escenas de la película y cuando la ví en el cine, me habían dicho...te gustará. En mi abstracción de clase recordé una escena en concreto, el personaje de Sandoval hablando de las pasiones.
Una pasión no se busca, simplemente te encuentra ella a ti. Y una vez que te encuentra, no te puedes librar de ella, ni cambiarla, ni pararla, las pasiones te cogen fuerte y no te sueltan. Una pasión también sabe de antemano las películas que te van a gustar...aunque recurran a la frase mágica.
Pensaba que había tenido muchos pasiones a lo largo de mi vida, viendo esta película me di cuenta de que no eran tantas...se habían ido perdiendo en el camino. Mi verdadera pasión había nacido hace tiempo, pero todavía era muy pequeña. Esa pasión ahora tiene el pelo muy suave y me habla con los ojos, me susurra al oído con su voz almendrada y yo, alzando mi copa de vino blanco, brindo por las pasiones (y por los escalofríos) y porque si no tenéis aún, os encuentren pronto...
